¿Cuáles son los más comunes que se comenten en el desayuno? El desayuno es probablemente la comida más olvidada y menospreciada del día. A menudo, con el apuro, no se tiene tiempo para dedicarse a preparar algo sano y sabroso, y terminamos recurriendo a alimentos envasados, una simple taza de café o, peor aún, olvidando completamente que es necesario comer algo nutritivo para comenzar el día con la energía adecuada.
Pero incluso los que toman su desayuno cada mañana, probablemente cometan más de un error, sin saberlo. Vamos a ver cuáles son los más comunes …
1) Comer alimentos ricos en azúcar
Es difícil renunciar a croissants, pasteles, galletas, cereales de chocolate, rosquillas, pan con mermelada, etc. Pero comer siempre y sólo estos alimentos al comienzo del día no es precisamente recomendable, ya que, estos alimentos ricos en azúcar, sacian el hambre en el momento pero luego se resiente el metabolismo general. Estos alimentos provocan un aumento en el azúcar sanguíneo, que inevitablemente colapsa, regresando el hambre en cuestión de un par de horas.
2) Cuidado con los jugos de frutas y yogur
Cuando para el desayuno o merienda, pensamos en zumos de fruta y yogur estamos convencidos de que son alimentos saludables. No siempre es así, los zumos de frutas envasados son altos en azúcar y lo mismo pasa con el yogur. Es mejor reemplazar los jugos envasados ?on jugos o batidos caseros y, si se está escaso de tiempo, es mejor comer una fruta entera que conserva todas sus propiedades (vitaminas, minerales, etc.). Incluso el yogur se puede preparar en casa y, como alternativa a la leche de vaca, se puede optar por la de soja.
3) No beber agua
A menudo nos olvidamos de uno de los mayores recursos disponibles, fundamental para nuestro bienestar por la mañana: el agua. Lo primero que hay que hacer al levantarse, es beber un vaso de agua tibia para limpiar a fondo el organismo después de una noche de ayuno, rehidratándolo y preparándolo para reanudar todas las actividades. Mucho mejor aún si se le añade jugo de limón recién exprimido, un simple hábito que puede traer muchos beneficios.
4) Comer demasiado rápido
En un mundo donde todos corren, a menudo el desayuno también se resiente: están los que sólo toman una taza de café antes de salir de la casa e incluso los que comen frente a la computadora. El desayuno debe tener su propio espacio: al menos 15 minutos de calma donde sentarse y disfrutar de la comida tanto como sea posible, centrándose en ella y masticando en silencio, de manera que el cerebro «registre» el aporte que le estamos dando.
5) Comer muy tarde en la mañana
No sólo no hay que comer de prisa, sino tampoco, demasiado tarde. Los expertos recomiendan tomar el desayuno dentro de la hora posterior a levantarse, porque cuanto más tiempo se pasa es más probable que aumente la sensación de hambre y la probabilidad de darse un atracón, comprometiendo así la segunda comida del día, o sea, el almuerzo. Además, el desayuno sirve para dar el primer combustible útil a nuestro organismo, si se hace demasiado tarde, la comida no cumple plenamente su función.
6) No comer suficiente fibra
Las fibras en el desayuno son excelentes, ya que aumentan la sensación de saciedad y ayudan a reducir la absorción de grasa y azúcar. Además, como todo el mundo sabe, ayudan a las funciones intestinales y por lo tanto es impredcindibles incluirlas en una dieta sana. La mejor manera de obtener fibra es eigiendo granos integrales, por ejemplo un delicioso muesli, combinando frutos secos, semillas oleaginosas, y por qué no, un poco de chocolate negro.
7) Olvidarse de las proteínas
Las proteínas, a diferencia de los hidratos de carbono, tardan mucho en ser digeridas. Un desayuno que las incluya, puede ayudar a sentirse sin hambre durante más tiempo y evitar hacer demasiadas colaciones durante la mañana. Esto no significa que se deba comer cada mañana huevos, queso o jamón (calorías pesadas); las proteínas también se encuentran en panes y legumbres de grano entero. Una alternativa al habitual desayuno podría ser, por ejemplo, una rebanada de pan enriquecido con humus de garbanzos.
8) No comer, comer poco o beber sólo café
Saltarse el desayuno no es bueno, como tampoco creer que una pequeña fruta o peor aún, sólo café será suficiente hasta el mediodía. Hay muchas desventajas en los que no desayunan, incluyendo la capacidad de aletargar el metabolismo del cuerpo y aumentar así la tendencia a aumentar de peso. Hay que decir que el consumo de café con el estómago vacío, provoca hipersecreción gástrica que, en el largo plazo, puede conducir a la aparición de problemas digestivos como la gastritis y reflujo esofágico.
9) Hacer un desayuno buffet
Cuando usted se enfrenta con un buffet, la tentación es muy grande y es muy difícil resistir a tantas delicias tan atractivamente presentadas. El riesgo, por supuesto, es comer más de lo necesario y mezclar demasiados alimentos con la consecuencia de levantarse de la mesa no llenos de energía, sino que, por el contrario, muy pesados!
10) Pensar que el desayuno no es importante
Recuerda el viejo refrán que dice: «Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo«? Téngalo en cuenta: sigue siendo válido!