Para pintar o teñir nuestras telas y artesanías naturalmente. Los colorantes naturales pueden ser obtenidos de muchas fuentes vegetales como los pétalos de las flores, las hojas, las frutas, verduras, especias y algunas raíces. Veamos algunos ejemplos:
El verde de la clorofila
La acelga y la espinaca son las mejores fuentes para obtener color verde. Simplemente triturar o licuar algunas hojas, y dejar sumergidas con un poco de alcohol alimentario; luego calentar para evaporar la parte líquida del jugo, obtieniendo así la clorofila pura. Otros tonos de verde se consiguen con té verde, col rizada, perejil, algas y menta.
Rojo, púrpura y azul
Con la remolacha se obtiene un agradable tinte púrpura y rojo profundos que tiñe realmente bien. La col roja se aplasta en un mortero y al jugo, se puede añadir jugo de limón para lograr un tinte fucsia o, una pizca de bicarbonato de sodio para que vire al azul profundo. Arándanos, moras, cerezas, frambuesas y fresas crean tonos rojo, rosa, morado y azul realmente impresionantes.
Amarillo, naranja y marrón
De flores como caléndulas, clavel de China, capuchinas y otras flores se obtienen colores que van del amarillo claro al anaranjado. Las especias como el azafrán y la cúrcuma o curry también son útiles para obtener una intensa coloración amarilla o naranja. También el café y el cacao en polvo se pueden usar como colorantes naturales.
Otras frutas y verduras que proporcionan estos colores son las zanahorias, naranjas, mandarinas, e incluso en piñas. En el caso de los cítricos se puede licuar la piel hasta que quede bien homogénea.
Cómo extraer los colores naturales
Para obtener el color de la fruta o verdura elegida, comenzar por cortarla en trozos pequeños y aplastarlos bien en un mortero o procesador de alimentos. Obtendremos un jugo de color que ya se puede utilizar, por ejemplo agregando aguam a modo de una acuarela, para pintar con un pincel.
Si adicionamos un poco de fécula de maíz o harina, se puede crear una mezcla más sólida con la misma consistencia que los tintes comerciales.
Por supuesto, estos colores deben ser utilizados rápidamente porque, al ser frescos, se oxidan y variar su tonalidad, también podrían formar moho, degradándose rápidamente.
Otro método es por extracción mediante un solvente. Prepare un recipiente, preferentemente de vidrio, y coloque el procesado vegetal del cual obtendremos el color natural; dejarlo en remojo en agua, alcohol o aceite. Dependiendo del vegetal, se tardarán más o menos días para extraer el color. Con este método se obtiene un color en base hidro (agua), tintura (alcohol) o aceitosa (aceite).
Otro método es, a partir del zumo obtenido con el mortero, reducirlo en el calor para evaporar parte del agua o alcohol que hemos añadido para aumentar la extracción. Reduciendo el volumen por evaporación del disolvente utilizado, se obtiene un compuesto casi listo para ser utilizado para teñir.
Los métodos difieren de acuerdo con el uso que se dará al pigmento.
Estos colores se pueden utilizar:
– para teñir el telas y textiles
– para dar color a los productos cosméticos hechos en casa
– para colorear productos artesanales tales como jabón
– para teñir materiales de la casa, por ejemplo para proteger la madera de los muebles
– para pintar sobre papel, lienzo y otros materiales.