El colesterol es una grasa de color amarillento que resulta esencial para vivir, pero cuando su cantidad aumenta en sangre, llega a convertirse en un serio problema. Aunque su producción se ejecuta en el hígado, lo cierto es que casi un 30% proviene de lo que se come.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol se divide en HDL o colesterol bueno y LDL o colesterol malo. El primero se considera así por ser capaz de depurar las arterias, por lo que cuanta mayor cantidad de este tipo de colesterol haya en sangre, mucho mejor.
Por su parte el colesterol malo es el que se va acumulando en las paredes de las arterias llegando a provocar un taponamiento de éstas y por consiguiente una restricción en la circulación de la sangre. Cuanto más bajos sean los niveles de este tipo de colesterol por consiguiente, mucho mejor. Una elevación de este colesterol puede provocar una angina de pecho, un infarto de miocardio, accidentes cerebrales, pancreatitis o agrandamiento del bazo y del hígado.
Remedios caseros para luchar contra el colesterol malo elevado
Comer una manzana en ayunas o tragarse un diente de ajo también en ayunas, es un remedio bastante eficaz a la hora de luchar contra un colesterol malo alto. En cualquier caso la ingesta regular de ciertos alimentos ayuda a regularlo de una manera sana. Entre los más destacados cabe nombrar la cebolla, la zanahoria cruda, el brócoli, almendras, nueces, aceite de oliva, pomelo y espinacas.
Una infusión efectiva es la preparada con cola de caballo y tilo, ya que ésta última tiene un efecto vasodilatador a la par que sedante mientras que la primera tiene silicio, lo que ayuda a estimular la regeneración de las fibras de las paredes de las arterias.
Un caldo de verduras preparado con perejil, cebolla, col, apio y agua consumido regularmente, igualmente ayuda a la lucha contra este tipo de colesterol. Antes de consumirlo se debe añadir el zumo de un limón.
Otro jugo curativo es el resultante de mezclar una cuchara de cebada, una de avena, dos de salvado, una manzana bien picada, una cuchara de mil y un vaso y medio de agua y licuarlo todo muy bien. El resultado se debe beber preferiblemente por las mañanas.
Otro té casero con buenos resultados es el que resulta de hervir dos hojas de una alcachofa junto con un poco de agua durante unos quince minutos y tomarlo por las mañanas. En caso de padecer problemas digestivos, este remedio no debe llevarse a cabo.
Una cuchara de salvado de maíz en media tacita de agua templada bebido por la mañana, así como la infusión resultante de hervir una mandarina con su cáscara incluida en una taza de agua durante diez minutos, da verdaderamente buenos resultados. También se puede mezclar medio vaso de zumo de pepino junto con otro medio vaso de zumo de guayaba y tomar el resultado durante dos veces al día.