Los dolores de espalda es una de las dolencias más frecuentes y comunes de hoy en día. Ya sea por malas posturas, por sobrepeso, por problemas de salud o por pasar muchas horas sentados frente a un ordenador, lo cierto es que son muchas las personas que a lo largo de su vida sufren este problema. Descubre como aliviar sus síntomas con remedios caseros.
Remedios para combatir el dolor de espalda
Realiza masajes de alcohol de romero sobre la zona dolorida. Para ello debes meter en un frasco dos ramas de romero fresco junto con un litro de alcohol especial para friegas que puedes conseguir en una farmacia. Deja que repose todo durante una semana y después realiza friegas verticales a ambos lados de la columna.
Otra opción para aliviar el dolor de espalda es aplicar un poco de aceite de hipérico donde se siente el dolor. Para preparar este aceite llena una botella con brotes y flores de hipérico y añade un poco de aceite. Deja reposar durante tres semanas y después aplícalo sobre la espalda. Es perfecto para aliviar los dolores de la espalda que vienen originados por las tensiones.
Una solución muy eficaz es hervir dos cucharas de hojas de salvia junto con un litro de agua durante diez minutos. Retira después del fuego, deja que se enfríe y bebe durante tres veces al día.
De la misma manera puedes hervir cincuenta gramos de artemisa durante veinte minutos junto con un litro de agua. Cuando esté fría, aplica sobre la zona afectada con compresas empapadas en esta infusión y verás cómo vas a notar un gran alivio.
Otro remedio casero que puedes utilizar en estos casos es extraer la pulpa de un aguacate y colocar su carne junto con una taza de ron y una cuchara de semillas de eucalipto en una batidora, hasta conseguir una pasta bien compacta. Aplica sobre el área afectada mediante masajes circulares y suaves.
Recomendaciones para aliviar el dolor de espalda
Regularmente invierte el colchón, ya que éste, aunque sea nuevo, puede contribuir al desarrollo de problemas en la espalda. De igual manera a la hora de dormir, hay que intentar hacerlo de medio lado apoyando la cabeza sobre una almohada que no sea demasiado alta y con las rodillas flexionadas. Mejor si pones una almohada delgada entre ambas.
Dormir boca arriba también es conveniente, siempre que se coloque una almohada algo gruesa bajo las rodillas y otra más delgada sobre la zona lumbar. En cualquier caso hay que evitar dormir boca abajo. Si es tu postura favorita, coloca una almohada pequeña sobre el abdomen y otra en la zona de los tobillos.
A la hora de levantarse de la cama, no hay que hacerlo nunca de golpe. Lo ideal es colocarse de medio lado y apoyar el brazo libro en el borde de la cama. Después bajar primero una pierna y después la otra para incorporarse despacio hasta estar sentado en el colchón para ponerse de pie posteriormente.