Las picaduras de las pulgas llegan a resultar algo realmente molesto por la picazón que suelen provocar. Descubre algunos tratamientos para combatir este tipo de picaduras así como algunas maneras de prevenirlas.
Las picaduras de las pulgas
La reacción más normal que se produce en la piel de una persona cuando le pica una pulga es que se forma un círculo de color rojo y pequeño con un punto en su centro, así como una hinchazón relativamente pequeña y mucha picazón.
Las pulgas son unos parásitos exteriores cuya alimentación se basa en la sangre de los animales mamíferos fundamentalmente de los gatos y los perros pero que con frecuencia producen también picaduras en los seres humanos, especialmente a la altura de los tobillos y de las piernas. Lo cierto es que algunas personas pueden llegar a ser picadas repetidamente por las pulgas mientras que otras, incluso viviendo en el mismo lugar parece que no “atraen” a estos parásitos, algo que parece estar relacionado con una falta de vitaminas en el organismo.
Tratamiento contra las picaduras
Ante una picadura de una pulga lo fundamental es mantener la zona bien limpia y evitar rascarse, algo que puede resultar bastante difícil sobre todo cuando la picazón es muy intensa. Para mantener el área bien limpia hay que aplicar en la piel un poco de agua fría con jabón, evitando el agua caliente ya que ésta aumentaría la hinchazón, o simplemente cualquier tipo de antiséptico. Si la zona no se mantiene limpia y encima se rasca, se puede correr el riesgo de provocar infecciones al abrir la herida.
Remedios caseros contra las picaduras de las pulgas
Una de las opciones existentes para tratar una picadura de pulga es mezclar un poco de bicarbonato de sodio junto con un poco de agua fría hasta lograr formar una pasta que debe aplicarse sobre la picadura. Después se deja durante quince o treinta minutos actuar.
Otra opción es hervir una cáscara de un limón en 250 cc. de agua para dejar que repose el resultado y aplicar posteriormente con una gasa o con un algodón sobre el área afectada. Otro de los remedios más clásicos que existen para calmar la picazón que provoca la picadura de una pulga consiste en mezclar una cuchara de vinagre de manzana y dos cucharas de agua. Después se guarda en el frigorífico durante unas horas y se aplica del mismo modo que en el caso anterior sobre la zona de la picadura.
En el caso que la erupción sea demasiado severa y continúe durante mucho tiemplo o se hayan dado complicaciones, es importante consultar cuanto antes con un médico, ya que aunque las picaduras de este tipo de parásitos no suelen provocar generalmente consecuencias demasiado graves, sí que pueden llegar a ocasionar reacción de tipo alérgicas o incluso pueden llegar a transmitir ciertas enfermedades que pueden llegar a resultar muy peligrosas como la peste bubónica o el tifus, por lo que resulta muy importante tratar cuanto antes este tipo de picaduras.