La alcachofa es una de las plantas más ricas en propiedades beneficiosas, que se destaca en particular por su capacidad para limpiar el hígado. La alcachofa es una planta muy antigua, conocida y explotada por sus propiedades beneficiosas para el organismo. Es uno de los remedios naturales más conocidos, cuyas propiedades están contenidas principalmente en las hojas.
Las hojas secas, en particular, se utilizan en la preparación de tisanas y decocciones que ayudan a la pérdida de grasa y eliminación del colesterol malo en la sangre.
No sólo eso, la alcachofa también brinda una importante contribución a la mejora de las condiciones del hígado y la vesícula, así como a la purificación de la sangre, lo que la convierte en un excelente colerético natural.
Los beneficios que la alcachofa aporta al hígado se deben, en gran parte, a la presencia de cinarina, un compuesto capaz de promover la producción y secreción de bilis en nuestro organismo. La cinarina se encuentra en las hojas, tallos e inflorescencias de la planta.
Para contrarrestar la aparición de problemas en las funciones hepáticas, intestinales y renales del organismo, se recomienda incluir las alcachofas en la dieta, ya sea en forma de alimentos, como de decocciones.
Esta planta tiene además una poderosa acción antioxidante que promueve la protección de las células del organismo, en particular las del hígado, evitando así innecesarias acumulaciones de grasa. Parece que, de hecho, la alcachofa aumenta la capacidad del hígado para regenerar sus células. Por supuesto, estamos hablando de condiciones en las que existe una dieta baja en grasas, sin el consumo de bebidas alcohólicas, particularmente las azucaradas, y de un consumo moderado de carne roja.
Específicamente, algunos recomiendan, el consumo de zumo de alcachofa pura para tratamientos o terapias que tienen como objetivo regenerar el hígado. El jugo no sólo ayudaría a eliminar las toxinas de la sangre, sino que también ofrecería un alivio a las dolencias del tracto digestivo, tales como ardor de estómago o náuseas.
Naturalmente, a fin de aprovechar todas las propiedades de la alcachofa, es necesario elegir productos cultivados de manera natural, sin pesticidas ni químicos. Si no se está seguro del origen del producto, siempre es mejor lavar las alcachofas en agua y bicarbonato de sodio.
Para su uso en firoterapia, se utilizan principalmente las hojas secas, útiles para preparar infusiones que, aunque sean amargas, no deben ser endulzadas.
Contraindicaciones
Cada persona tiene particularidades que la hacen más o menos tolerantes a ciertos alimentos o soluciones a base de hierbas. Lo mismo vale para las alcachofas.
En general, las alcachofas, no causan daños sustanciales, pero pueden ser mal tolerados por personas que tengan cálculos biliares y que, si desean consumirlas, deben consultar a un médico. No se recomienda a las personas con alergias a las plantas de la familia Asteraceae, o aquellos que sufren de nefritis. Además, durante la lactancia, pueden dar un mal sabor a la leche.
Las personas que no presentan problemas o intolerancias particulares, deberían aprovechar los efectos positivos de la alcachofa, tanto para la salud de su hígado, como en lo que concierne al control del peso corporal; ya que las alcachofas son una gran fuente de fibra, magnesio y cromo, además de ser un excelente diurético.