El lumbago o dolor en la parte baja de la espalda, se manifiesta con tensión, rigidez muscular y espasmos punzantes en esta zona, siendo muy común que lo sufran aquellas personas que están mucho tiempo de pie; las que se encuentran sentadas la mayor parte del día o las que cargan mucho peso. Descubre algunas técnicas para aliviar sus síntomas de una forma natural.
El lumbago
Es normal que las articulaciones sacrolumbares se tensen con relativa facilidad cuando sobre la columna se aplica un excesivo esfuerzo, ya sea con una mala postura, con una posición incorrecta a la hora de dormir o de sentarse o por un exceso de cansancio.
Al estar cada día en posición vertical, sometemos a los discos redondos y esponjosos de la espina dorsal a una presión constante, especialmente a los situados en la zona baja de la espalda. Para evitar su deterioro es conveniente seguir algunas reglas o al menos aprender cómo combatir sus molestos síntomas si éstos ya han hecho su aparición.
Cómo tratar el lumbago de una manera natural
Frotar la espalda con algún aceite esencial como por ejemplo el de lavanda, ayuda a aliviar los dolores provocados por el lumbago. Ten la precaución de frotar con suavidad la parte baja de la espalda así como la parte delos hombros superior. Vas a encontrar probablemente zonas que están más tensas que otras y que necesitan de mayor atención. En este caso presiona suavemente sobre ellas para aliviar la rigidez y la tensión acumulada.
Para conseguir un rápido alivio de los síntomas del lumbago prueba a tumbarte de lado con las rodillas pegadas al pecho y mantén esta posición durante unos quince minutos. También puedes echar la cabeza hacia atrás de tal manera que inviertas la curva de la espalda hacia delante.
El calor húmedo también te va a servir de alivio. Envuelve en una toalla una botella con agua caliente, pero no hirviendo, y colócala sobre la espalda. Déjala hasta que el calor se enfríe y aplica cuatro veces cada día. Con esta aplicación estimularás la circulación y la eliminación de fluidos acumulados en los tejidos.
A la hora de dormir intenta hacerlo siempre sobre tu espalda con las rodillas y la cabeza levantadas ligeramente. Si duermes boca abajo lo único que conseguirás es que tu columna se desvíe.
Para evitar el dolor, la clave está en fortalecer los músculos. Practica algunos ejercicios que te ayuden a ello como por ejemplo el yoga o la natación que además de ayudar a mejorar la espalda, evitan la aparición de futuras lesiones y contribuyen a mejorar la postura.
Aprende a mantener una mecánica corporal correcta. Para ello ten presente que al caminar o al permanecer de pie debes hacerlo con la espalda bien recta, con las rodillas un poco dobladas, apretando la pared de tu estómago ligeramente y con los glúteos contraídos.
También puedes practicar algunos ejercicios como por ejemplo ponerte de pie con la espalda pegada a una pared intentando que la zona baja de tu espalda toque ésta mientras contraes el estómago y los glúteos. Mantén esta postura mientras comienzas a caminar alejándote de la pared.