Para mantener el cerebro saludable, sería necesario evitar o limitar el consumo de estas bebidas. Investigaciones recientes, han determinado que el consumo frecuente de bebidas carbonatadas y azucaradas puede interactuar negativamente con las funciones de las proteínas en el cerebro.
Además, el consumo frecuente de estas bebidas podría conducir a la hiperactividad, un problema que por desgracia es cada vez más común en los niños en edad escolar.
Esta investigación en cuestión fue realizada por los expertos de la Universidad de Sídney y fue presentado en la reunión anual de la Sociedad Británica de Neurociencias.
Los investigadores pusieron en evidencia que el consumo excesivo de bebidas gaseosas y azucaradas puede dañar la salud mental y física, poniendo en peligro el buen funcionamiento de nuestro cerebro. Y si pensamos que los mayores consumidores de refrescos son los niños, las consecuencias negativas podrían presentarse ya desde la infancia.
A menudo no son sólo los niños sino también los adultos, quienes consumen en exceso este tipo de bebidas, recordaron los expertos. Para muchas personas, las gaseosas representan una parte importante de la ingesta diaria de calorías. En pocas palabras, los adultos y los niños tienden a preferir los refrescos y bebidas azucaradas en vez del agua, cuando tienen sed.
Los investigadores australianos recordaron también la importancia de beber agua para saciar la sed, evitando las bebidas gaseosas, que deberían ser una excepción a la regla, reservada para muy pocas ocasiones.
Así que es mejor ser cauteloso, ya que, en opinión de los investigadores, el consumo frecuente de estas bebidas puede tener efectos negativos similares a los de enfermedades graves como el cáncer o el Alzheimer.
Y si realmente quiere reemplazar el agua con una bebida sabrosa y colorida, no se olvide de los zumos y batidos de frutas, siempre rigurosamente preparados en casa con frutas frescas y de temporada.