Qué se debe consumir y qué no, para evitar la formación de cálculos renales Los cálculos renales son formaciones compactas que aparecen como consecuencia de la excesiva concentración de ciertas sustancias en la orina, que se amalgaman entre ellas. Afecta principalmente a los varones de edades comprendidas entre los 30 y los 60 años y se estima que el 7,5% de la población tiene este trastorno, con un máximo de alrededor de 10% en sujetos mayores de 50 años. Además, en un paciente sobre 5, la nefrolitiasis (formación de cálculos), se repite dentro de los dos primeros años. Cuando son muy pequeños, es decir, cuando tienen un diámetro de menos de 9 mm, a menudo son expulsados en forma espontánea.
Las causas pueden ser diferentes. Las formas metabólicas son los más frecuentes en estos casos, el trastorno surge de una anormalidad en el metabolismo, por ejemplo, un aumento en la cantidad de calcio presente en la orina; aumento de la cantidad de ácido úrico en la orina, reducción de la presencia de magnesio en la orina u otras causas, que conforman, precisamente, un déficit metabólico.
Otras causas pueden ser una infección, una malformación del sistema urinario, ingesta de ciertos medicamentos y así sucesivamente. Por último, existen formas idiopáticas, las menos frecuentes, es decir, casos en los que incluso una cuidadosa investigación no identifica las causas de los cálculos renales.
A menudo, los cálculos renales son asintomáticos y, de hecho, muchas veces el diagnóstico es por casualidad, en el curso de las investigaciones llevadas a cabo por otras razones. En el 20-30 % de los casos, sin embargo, puede manifestarse a través de un cólico renal, trastornos urinarios, sangre en la orina u orina turbia y maloliente.
La alimentación cuando hay cálculos renales
Una alimentación adecuada para las personas que sufren de cálculos renales, pero también para aquellos que quieren evitarlos, por lo general debe ser baja en sodio, disminuyendo el consumo de sal y evitando embutidos, conservas, etc. También prevee una ingesta normal de proteínas y que es de aproximadamente 1 gramo por kg de peso corporal, a fin de reducir la excreción urinaria de calcio, ácido úrico y oxalato, y aumentar la de citratos, un efecto protector.
Por último recordar que las frutas y verduras son ricas en oxalato. Por razones obvias, no es aconsejable evitar estos alimentos o reducir drásticamente su ingesta. Basta recordar que los oxalatos se encuentran en gran cantidad especialmente en las espinacas, el ruibarbo y las frutas secas. También el chocolate es un alimento con alto contenido de oxalato.
¿Sabía usted qué…?
Los cálculos renales son una enfermedad conocida desde la antigüedad. La más antigua documentación que acredite su conocimiento, se remonta al 4800 AC y describe el hallazgo de una vejiga con cálculos en una momia egipcia. Se pueden encontrar referencias a la nefrolitiasis también en la literatura india en sánscrito y en la babilónica.
También la relación entre los cálculos del riñón y la alimentación se conoce desde hace mucho tiempo. Ya Galeno había señalado la existencia de una relación entre este trastorno y factores tales como la dieta, la edad y el medio ambiente.
Varias figuras históricas bien conocidas han sufrido de cálculos renales, entre ellos Napoleón Bonaparte, Beethoven y Martin Lutero.