Una estrategia antigua todavía en boga para combatir la caída del cabello. La aplicación de sustancias rubefacientes (agente que tiene la propiedad de enrojecer la piel, provocando una sensación de calor) en el cuero cabelludo, incluyendo la famosa capsaicina extraída de los chiles, es capaz de inducir la vasodilatación local en el sitio de aplicación, evidenciada por la ligera sensación de ardor y el enrojecimiento del área afectada.
El aumento del flujo sanguíneo, en este caso en el cuero cabelludo, traería consigo nutrientes y oxígeno para los folículos pilosos, lo que proporcionarían todas las sustancias necesarias para su actividad metabólica; la afluencia local de sangre es estimulada también por masajes regulares del cuero cabelludo; la práctica generalmente se recomienda para contrarrestar la pérdida de cabello.
La hipótesis de que la calvicie puede tener un origen isquémico se considera actualmente poco fiable, o al menos de una importancia marginal. Junto con el oxígeno y los nutrientes, el flujo sanguíneo aumentado en el cuero cabelludo, garantizado por la aplicación de champús y lociones locales a base de capsaicina y sustancias similares, también trae consigo una mayor cantidad de testosterona, que dentro de los folículos pilosos es transformada por la enzima 5-alfa-reductasa en diidrotestorerone (DHT). Este derivado de la testosterona sigue siendo considerado como el verdadero responsable de la mayoría de los casos de pérdida de cabello en hombres y mujeres, no sólo evidenciando el origen hormonal del problema, sino también una predisposición debida a la sensibilidad de los bulbos pilosos a la acción de los andrógenos.
No obstante hablando lisa y llanamente, la capsaicina y otras sustancias rubefacientes en general (entre los que también están los ésteres del ácido nicotínico, el fenol, el resorcinol y el aceite esencial de romero ) siguen siendo ingredientes ampliamente utilizado en champús y lociones anti-caída. Su aplicación, junto con el masaje del cuero cabelludo, puede llegar a ser una ayuda útil para retardar la pérdida de cabello.
La presencia de extractos de chile en un champú o una loción así que tiene sentido dentro de una fórmula más amplia, en la que también se incluyan extractos de plantas ricos en vitaminas (con biotina y ácido pantoténico en primer plano), aminoácidos (principalmente de azufre), oligoelementos y antioxidantes, junto con las sustancias que contrarrestan la producción local de DHT, como el ácido azelaico, Serenoa repens, Pygeum africanum (pigeo africana) y Urtica dioica (ortiga).