La falta de sueño o insomnio es un problema mucho más habitual de lo que parece que llega a afectar a muchísimas personas en todo el mundo. Aunque se habla de insomnio cuando no se puede conciliar el sueño, lo cierto es que este desequilibrio también incluye el despertarse durante la noche o hacerlo más temprano de lo que se debería.
¿Qué provoca el insomnio?
El insomnio puede llegar a causar muchos problemas, desde fatiga y ojeras hasta irritabilidad y dolor de cabeza, una mala concentración, falta de energía, inconvenientes para comunicarse o para trabajar y dolores musculares entre otros.
Remedios contra el insomnio
A la hora de dormir puedes utilizar unos calcetines calientes o cualquier otra cosa en la que envolver tus pies, por ejemplo una toalla, ya que los pies fríos no viene muy bien para aquellas personas que cuentan con problemas a la hora de conciliar el sueño. Si además te masajeas la zona de los dedos con un poco de aceite de almendra, verás cómo los resultados son excelentes.
Antes de acostarte puedes beber una taza de leche templada con un poco de miel o de canela y si quieres un efecto mucho más inmediato, puedes tomarla recostada sobre la cama.
Otra solución es hervir un vaso de agua con dos gramos de horas de naranjo al que puedes añadir algo de azúcar y dejar que repose durante unos minutos para tomarlo todavía tibio y media hora antes de irte a la cama.
Puedes colocar dentro de tu almohada un poco de eucalipto, de manzanilla o de azahar, que además de desprender un aroma delicioso, hará que te relajes y por consiguiente dormirás mucho mejor.
Hierve un vaso de agua durante cinco minutos con dos cucharas de raíces de valeriana. Al retirarlo del fuego añade una cuchara de miel y bebe antes de irte a la cama. Otra infusión que da muy buenos resultados es la resultante de hervir tres hojas de lechuga en un vaso de agua. Después se tapa y se deja refrescar. En este caso debes beberlo media hora antes de irte a la cama.
En medio litro de agua hierve durante diez minutos dos cebollas y añade un poco de hipérico. Con esta solución empapa una toalla y aplícala sobre el pecho, la frente, el cuello y la nuca. Repite cada noche durante una semana entera.
Un remedio muy eficaz es tomar una baño de agua caliente veinte minutos antes de irte a la cama a la que añadirás medio kilo de salvado de trigo y doscientos gramos de lúpulo, eso sí, filtrado antes de introducirlo en el agua de la bañera.
Igualmente puedes añadir al agua tibia de la bañera unas quince gotas de lavanda y una cuchara de sal gruesa. Disuelve todo bien en el agua y métete dentro durante veinte minutos.
Por último te aconsejamos que antes de cenar te tomes una infusión preparada con una pizca de flores de naranjo, una taza de agua y dos hojas de lechuga bien fresca. Cuando el agua comience a hervir, añade las hierbas y deja que hierva todo junto durante unos cinco minutos.