Existen ingredientes completamente naturales para combatir un dolor de muelas y que pueden calmar momentáneamente esa increíble molestia, al menos hasta el momento en que se haga una visita al dentista. En cualquier caso lo mejor es combinar cualquiera de los siguientes remedios caseros con la ingesta de los medicamentos recetados siempre por el doctor.
Orégano para el dolor de muelas
Con un puñado de hojas de orégano, medio vaso de aceite de oliva y un poco de algodón, se conseguirá calmar un dolor de muelas rápidamente. Para ello habrá que comenzar limpiando bien las hojas del orégano para poder eliminar todos los gérmenes que pudieran existir en ellas y después machacarlas con un mortero para conseguir extraer el jugo.
Una vez realizado este paso, se introducen en el vaso con el aceite de oliva y se deja que reposen durante un rato en su interior. Lo más recomendable es que el aceite de oliva se impregne de todas las propiedades de las hojas de orégano durante dos semanas aproximadamente, pero seguramente el dolor de muelas no lo permita y sea necesario usar el producto antes. En este caso, no existe problema ya que aunque no será tan efectivo, logrará aliviar el dolor igualmente.
Cuando el preparado esté listo, se debe empapar un algodón con dicho producto y colocarlo sobre la muela que se encuentre afectada durante varios minutos hasta que el dolor comience a disminuir. Poniendo en práctica este remedio durante una vez al día, el dolor irá desapareciendo ya que el orégano es un analgésico natural.
Clavo para combatir el dolor de muelas
El clavo además de ser una especia de intenso aroma que se utiliza muy a menudo en la cocina, es un ingrediente que ayuda a disminuir los dolores dentales y que en cualquier caso, se debe completar con una visita al odontólogo, ya que estos remedios naturales no son suficientes para eliminar la afección, pero sí que pueden resultar de gran alivio.
Con este ingrediente en concreto se puede aliviar el dolor de muelas colocando una pieza en la zona afectada mientras se va chupando despacio sin llegar a ingerirlo. Así se liberará el aceite con el que cuenta en su interior y que contiene con una sustancia a la que se conoce como eugenol, ayudando a disminuir el malestar ya que es un anestésico natural. Además este componente es un enorme desinfectante bucal por lo que protegerá a su vez la salud de los dientes.
En cualquier caso, y a pesar de ser muy efectivo, el aceite que libera el clavo puede llegar a resultar tóxico para el organismo si se abusa demasiado de su uso, llegando a afectar el sistema nervioso, alterando las mucosas digestivas o irritando la piel. Por este motivo no deben utilizarse más de dos clavos cada día y sobre todo acudir al dentista lo antes posible para acabar con el problema lo más rápido posible e intentar evitar futuros problemas.