Un jardín o incluso una terraza o un balcón soleado puede ser suficiente para cultivar numerosas plantas. Pero una vez plantados ¿sabes cómo cuidarlos? Descubre cómo hacerlo con productos completamente naturales.
Abonos completamente naturales para el jardín
Para que puedas alimentar a tus plantas con abonos caseros, podrás utilizar el agua de los peces ya que resulta ideal para regarlas al contener desechos orgánicos. Los posos del café y la ceniza de la leña, son también muy buenos abonos para casi todas las plantas.
Otra opción es colocar cáscaras de huevo en pequeños trozos sobre la tierra de las plantas ya que son una fuente de proteínas muy buenas para ellas. Si además de vez en cuando riegas las plantas con el agua en el que hayas hervido unos huevos, muchísimo mejor.
Entierra unos clavos viejos en la tierra de las macetas y aportarán a tus plantas el hierro que necesitan para ir creciendo sanas.
Cómo conservar las flores frescas como el primer día
Unas flores frescas aportan al hogar alegría además de por supuesto un olor muy natural y fresco. El único inconveniente es que duran muy poco tiempo a no ser que pongas en práctica algunos de los siguientes consejos para conservarlas como recién cortadas.
Lo primero que hay que hacer es encontrar un jarrón, preferiblemente de plata ya que las conservará mucho mejor al tener un efecto antibacteriano. Si vas a cortar tú misma las flores de tu jardín, es aconsejable que lo hagas temprano durante las mañanas o al caer la tarde, evitando en cualquier caso las horas de sol. Cuando vayas a colocarlas en el jarrón, debes asegurarte que no queda ninguna hoja en la parte baja del tallo que pueda estar dentro del agua. Corta después los tallos con unas tijeras o con algún utensilio que no tenga dientes y llena el jarrón con agua fresquita y una aspirina o un sobre de conservantes de flores. Así el agua se mantendrá limpia durante unos tres días. Si no es posible, deberás cambiar el agua a diario. En cualquier caso debes evitar que el sol las de directamente durante el día y sacarlas a la terraza o al balcón por las noches. Con todos estos cuidados conseguirás que tus flores frescas te duren como mínimo una semana en unas óptimas condiciones.
Cómo guiar tu enredadera
Si tu enredadera no encuentra el camino para subir por lo alto de la pared, podrás ayudarla con unos pasos sencillos. Lo más seguro es que se debe a que su parte inferior se encuentra muy frondosa y la está impidiendo crecer correctamente. Para ello poda los brotes más débiles para aligerarla de peso y que coja más fuerza. Hay que tratar de cortar solamente los que están en la parte más cercana a la raíz. Una vez hayas despejado esta zona, busca los brotes más largos y fuertes y coloca unos clavos en el lugar por donde quieras que suba. Ahora solo te queda atarla con cuidado a los clavos con la ayuda de bridas por el camino que deseas que sigan y ya tendrás encaminada tu enredadera.
Cuidados de las orquídeas
La orquídea es una planta muy frágil y delicada que cuando se estropea resulta extremadamente difícil que vuelva a florecer,de ahí su fama de planta difícil. Pero existen especies que no necesitan unos cuidados excesivos como la Cymbidium, la Cattleya, la Dendrobium o la Phalaenopsis, así que si quieres comenzar a cuidar en tu hogar orquídeas, te recomendamos que comiences con algunas de éstas.
Cuando ya las tengas en casa asegúrate que reciben durante al menos cuatro horas al día luz solar pero no directamente. Sus hojas te irán guiando. Si están verdes es una buena señal, si por el contrario están amarillas, es que tienen un exceso de luz. Si su color es más oscuro de lo normal, necesitarán mayor iluminación. Pulveriza sus hojas y raíces pero no les dejes agua estancada ya que las asfixia. Riégalas con moderación y siempre durante el día.