El sol puede ser una valiosa ayuda, pero también convertirse en un peligroso enemigo. 
El sol puede aportar muchos beneficios a nuestro organismo, como hemos visto, por ejemplo, en el caso de la helioterapia, o incluso con solo 20 minutos de exposición al sol cada mañana, ayudando a nuestro metabolismo a mantenerse activo y quemar más calorías.
Sin embargo, hay que estar atento. El sol puede ser una valiosa ayuda, pero también convertirse en un peligroso enemigo.
Hablamos principalmente de quemaduras, manchas solares y envejecimiento prematuro de la piel. Y sin embrago, hay una parte de nuestro cuerpo, muy frágil y delicada que tendemos a olvidar cuando nos exponemos al sol: el contorno de los ojos.
El ojo es quizás el punto más delicado de todo el rostro, donde su delgada capa de piel es sometida a movimientos continuos, estrés y traumas, sin siquiera darse cuenta. Aquí, por ejemplo, es donde la piel comienza a perder elasticidad, o se notan los primeros signos claros de molestias, como bolsas u ojeras cuando estamos estresados y poco descansados.
Por esta razón, para evitar agregar más éstrés a la zona, es necesario proporcionarle un cuidado adecuado al exponerse al sol, para prevenir la formación de manchas y arrugas.
Veamos algunas precauciones a fin de proteger una de las partes más delicadas de nuestro rostro.
Protector solar
En el mercado existen muchos tipos de protectores solares: elegir el que se adapte a nuestro tipo de piel y también recordar pasarlo con cuidado alrededor de los ojos. Esta parte debe estar siempre bien cubierta y humectada, cosa que puede lograrse tanto con el uso de productos adecuados como a través de una correcta alimentación.
Recuerde que también los protectores solares necesitan protección! Manténgalos en un lugar fresco, lejos de la luz directa del sol para evitar que el calor altere su composición, reduciendo su eficacia.
Prohibido el Retinol
¿Utiliza cremas especiales que contienen retinol? No las use si va a exponerse al sol: el retinol es una sustancia que sensibiliza la piel y al contacto con el sol, puede producir antiestéticas manchas.
Gafas de sol
Los mejores amigos en el verano serán un sombrero de ala ancha y gafas de sol. Si le preocupa que la piel del rostro quede pálida, no se preocupe: si bien los rayos del sol llegan en menor medida, también serán capaces de otorgarle un color saludable.
Para que sean ser adecuadas, las gafas de sol no sólo deben cubrir los ojos, sino también las áreas circundantes. Es importante disponer de lentes con filtro UVA y UVB y que sean polarizadas: se beneficiarán no sólo los ojo, sino también la visión.
Las lentes, recuerde, se clasifican en una escala de 0 a 5, donde 0 corresponde a un filtro leve y 5, a uno mucho más potente. Las categorías 2 y 3, bloquearán el 50% de los rayos solares; la 5, el 100%. Elíjalas de acuerdo a sus necesidades y el tipo de exposición al sol.
Alimentación
También en este caso, la alimentación desempeña un papel importante. Los ojos, al igual que el resto de nuestro organismo, necesitan una nutrición que les ayude a hacer frente a los cambios estacionales y los diferentes tipos de condiciones. Las mejores sustancias para ayudar al bronceado, y ayudar a protegernos de los rayos solares, se encuentran en las frutas y verduras y son el beta-caroteno, las vitaminas, especialmente la vitamina A y los aminoácidos esenciales.
Por último, algunas reglas generales: evitar cualquier exposición al sol durante largos períodos de tiempo o durante las horas más calurosas del día y nunca olvidar de protegerse adecuadamente. Recuerde que el hermoso bronceado de hoy, podría costar muy caro en un algunos años.
