Un exceso de sequedad en tus pies hace que aparezcan esas antiestéticas pielecillas que caracterizan a unos talones agrietados. Si quieres lucir unos pies sedosos, suaves y bien bonitos, pon en práctica alguno de los siguientes remedios caseros y en poco tiempo conseguirás los efectos que deseas de una manera, como vas a comprobar, muy sencilla.
Aceite de oliva
Pon unas gotas de aceite de oliva, preferiblemente virgen extra en un algodón y extiéndelas sobre tus talones para que se impregnen bien de este ingrediente tan sano y natural. Para conseguir unos efectos más profesionales, masajea los pies con los dedos en suaves monumentos circulares para que el aceite penetre profundamente durante al menos, cinco minutos.
Cuando hayas terminado cubre los pies con unos calcetines que sean de algodón y duerme con ellos durante toda la noche. Así conseguirás que el aceite haga mucho más efecto además de no ensuciar las sábanas. Al levantarse, lava los pies con tus productos habituales de higiene y repite este proceso durante cada noche hasta que las grietas y las durezas hayan desaparecido, algo que sucederá en unas pocas noches.
Si quieres puedes mezclar al aceite de oliva virgen extra dos o tres gotas de aceite de hojas de lavanda, con el que además podrás combatir el insomnio ya que te ayudará a conciliar el sueño, gracias a su aroma relajante.
Miel y yogur
Si tus pies están resecos y agrietados existe otro remedio muy popular que puedes realizar en tu propia casa a base de yogur y de miel.
Para ello deberás mezclar un yogur con una cuchara sopera de miel hasta conseguir una mezcla homogénea. Una vez lograda aplica un poco de la mezcla con la ayuda de un algodón, sobre la zona de tus pies que tengan durezas.
Debes repetir este proceso cada noche por lo que es aconsejable que te cubras los pies con un plástico o con unos calcetines para no manchar la ropa de cama y que los laves perfectamente a la mañana siguiente. En unos pocos días notarás como tus pies se han vuelto mucho más bonitos, suaves y lisos y podrás comenzar a lucirlos por fin, sin ningún tipo de complejo.
Avena y bicarbonato sódico
Otra solución para lucir unos pies perfectos y bonitos en cualquier época del año, es calentar dos litros de agua e introducirlos en un barreño o en otro recipiente en el cual puedas meter los pies.
Después añade el bicarbonato sódico y la avena al agua caliente y mete en el interior del recipiente que hayas elegido los pies durante una media hora aproximadamente.
Cuando haya transcurrido este tiempo ya podrás sacar del agua los pies y eso sí, deberás secarlos perfectamente para evitar que diferentes hongos hagan su aparición, algo que suele suceder con frecuencia en esta zona del cuerpo, si se está en permanente contacto con la humedad.