Puntual, en otoño e invierno, aparecen las llamadas enfermedades de «enfriamiento»: dolor de garganta, ronquera, secreción nasal, tos, síndrome gripal. El sistema inmunológico juega un papel vital en la lucha y alivio de los síntomas de las enfermedades por enfriamiento, ya que funciona mediante la identificación y erradicación de los patógenos. Para ello se utilizan diferentes elementos presentes en la sangre, como los glóbulos blancos, los macrófagos y los anticuerpos. Si el sistema inmunológico no está lo suficientemente fuerte y su respuesta a la agresión no es capaz de frenar la enfermedad, las dolencias menores pueden agravarse y postrar en cama durante varios días, debido a la aparición de otras infecciones. Las consecuencias en este caso son la aparición de fiebre, afecciones bronquiales, tos y placas en la mucosa oral, que requieren la intervención del médico.
Para evitar que un sim ple resfrío o un banal dolor de garganta se transformen en algo más serio, se puede recurrir preventivamente a las plantas medicinales. Uno de los remedios más conocidos por su notable eficacia es, sin duda, la equinácea.
La Equinácea (Echinacea angustifolia) es una planta herbácea originaria de los Estados Unidos, que se caracteriza por sus particulares flores, similares a una margarita, con pétalos finos, de color rojizo-púrpura. Conocida desde hace siglos por sus propiedades inmuno-estimulantes, en la mayoría de las tribus indias de Norteamérica era considerada una planta mágica, con mil poderes, capaz de curar una multitud de dolencias. Esta planta parece ser capaz de fortalecer el sistema inmunológico, estimulando tanto su eficiencia como la cantidad de algunos de sus elementos claves, tales como anticuerpos, linfocitos T y macrófagos, verdaderos soldados contra la infección.
En la fitoterapia o medicina natural se utilizan sus raíces ricas en ingredientes activos, tales como polisacáridos, equinacósidos (inmunoestimulante), echinaceina (con propiedades anti-inflamatorias) y el aceite esencial.
Las principales propiedades terapéuticas que justifican su uso en la profilaxis y tratamiento de enfermedades estacionales se deben a su acción estimulante del sistema inmune, aumentando el número y la actividad de las células blancas de la sangre, que incorporan los elementos presentes en la sangre y destruyen los microorganismos dañinos.
Para un efecto inmunoestimulador efectivo, se recomienda que la ingesta de extractos de Echinacea con un mínimo de 0,6% de echinacósido en ciclos de 15 días consecutivos, seguido por cuatro días de suspensión. Dos o tres ciclos que comiencen en otoño, o con la llegada de los primeros fríos, son un buen método de prevención, recordando también que la ingesta diaria de alrededor de 16 a 20 miligramos de equinacósido debe administrarse en dos dosis, de preferencia lejos de las comidas. No se recomienda el uso de equinácea en las personas propensas a las alergias.