Más alimento que condimento, el aceite de oliva virgen extra tiene notables virtudes curativas, capaces de cuidar el intestino, el riñón y el hígado. El aceite de oliva virgen extra es realmente uno de los mejores aliados de la salud: una cucharada en ayunas purifica los intestinos y estimula su actividad, ayudando a resolver el estreñimiento más obstinado. Pero no sólo: con la misma dosis, seguido por un jugo de limón ayuda a disolver los cálculos renales y equilibra la función del hígado. Típico de la cultura mediterránea, el aceite de oliva extra virgen no es sólo un condimento, sino un verdadero alimento con notables propiedades curativas.
Grasa buena que hace bien
De acuerdo con algunos estudios, su aporte de grasas no saturadas ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre en ayunas y existen provadas evidencias de que su consumo constante, estrictamente en crudo, disminuye el colesterol.
Pero, ¿cómo elegir un buen aceite de oliva virgen extra? En general, es bueno orientarse hacia el aceite extravirgen, prefiriendo el prensado en frío. Debido a que es el primer prensado, es el más puro de todos.
El aceite se forma naturalmente en las células de las aceitunas y se extrae a continuación mediante cuidadosos procesos físicos o mecánicos que mantienen intactas sus propiedad. Entre ellas, es particularmente importante el contenido de vitaminas A, C y E, antioxidantes y antiage. Completa el aporte de nutrientes la vitamina B, que regenera el sistema nervioso.
Nutre el estómago y vence la fatiga, pero sus propiedades son más numerosos:
Desinflama el estómago
Es activo frente a la inflamación del sistema digestivo, protege y nutre las membranas mucosas del estómago, promoviendo el tránsito de los alimentos.
Estimula la vesícula biliar
El aceite de oliva extravirgen estimula la contracción muscular de la vesícula biliar. Por lo tanto previene la formación de cálculos biliares.
Vence la fatiga
Además de ser un excelente reconstituyente de uso interno, el aceite de oliva regenera y da fuerza, incluso cuando se utiliza en masajes. Friccionándolo a lo largo de la columna dos veces al día, se recuperará la vitalidad y la energía.
Entre los aceites es el más digerible
Su valor calórico es bastante elevado, ya que es de alrededor de 900 calorías por cada 100 gramos. Sin embargo, de 100 gr. de producto, 99 están constituidos por una mezcla de diversos lípidos, llamados triglicéridos, que lo hacen el más digerible de los aceites, y por esto es recomendable para todos. La parte restante de su composición está formada por ceras, hidrocarburos, vitaminas y pigmentos que le dan el aroma, apariencia y sabor.