Para revitalizar cartílagos, piel y tejido conectivo, regálate durante un mes un masaje a base de seis aceites nutritivos, hidratantes, purificantes y anti-envejecimiento: Descubre cuáles… 
En la antigua Roma, el último mes del invierno se dedicaba a rituales de purificación para permitir que el cuerpo «floreciera» en la primavera, como una planta joven y saludable. Hoy la «purificación» significa, ante todo, cuidar el tejido conectivo, la matriz biológica que se ocupa de conectar, apoyar y nutrir a los diferentes órganos y sistemas del cuerpo.
Para lograr esto, es necesario liberar al tejido conectivode los residuos metabólicos que la sangre y la linfa de invierno han depositado, desinflamarlo, nutrirlo y rejuvenecer cartílagos y huesos, que al igual que todas las demás partes del cuerpo, se componen de tejido vivo.
La necesidad de un nuevo soporte
Huesos y cartílagos de hecho, mantienen su vitalidad y elasticidad gracias a las proteínas del tejido conectivo (Oseína y colágeno) que se renuevan constantemente. Los traumas, el estrés y los radicales libres, los desequilibrios en la alimentación y el ácido úrico son todos los enemigos de los huesos y del tejido conectivo; pero también el humor y las fluctuaciones hormonales pueden tener efectos adversos, porque el crecimiento y el metabolismo de las proteínas de los huesos, están regulados por la hipófisis, «control central» del sistema neuroendócrino y motor de nuestro bienestar.
Estos son los aceites más apropiados para preparar un «mix regenerante».
Aceite de linaza: antiinflamatorio
Rico en ácido alfa-linolénico, es ideal para el reumatismo y para mejorar la oxigenación de las células y la elasticidad de los vasos sanguíneos. Anti-inflamatorio y desintoxicante, vigoriza el metabolismo, el sistema inmunológico y endocrino.
Aceite de borraja: nutritivo
Gracias a su alto contenido de ácidos grasos esenciales (omega-6) y ácido gamma-linolénico, el aceite de semilla de borraja es un regulador celular excelente, esencial para mantener la piel hidratada y descongestionar la piel y el tejido conectivo.
Aceite de jazmín: anti estrés
El aceite de jazmín reactiva la secreción de hormonas de la pituitaria, mejorando el metabolismo de las células óseas. Antidepresivo y antiespasmódico, relaja el sistema nervioso y reduce los efectos del estrés, incluso a nivel inmunitario.
Aceite de incienso: reequilibrante
Este aceite se destila del incienso, la resina que fluye en la Boswellia serrata, considera muy valiosa desde la antigüedad por sus cualidades curativas. Es de gran ayuda en las inflamaciones desde la artritis hasta el reumatismo, el asma y la colitis inflamatoria, entre otras afecciones.
Aceite de palo de rosa: elasticidad
Relajante, analgésico y antitensivo, este aceite relaja los músculos, los tonifica y nutre el tejido conectivo, protejiendo sus fibras de roturas y desgarros. También es ideal como preventivo contra las estrías.
Aceite de pimienta negra: calidez
Rico en compuestos aromáticos, el aceite de pimienta negra ejerce una acción de calor que promueve el drenaje de los residuos de los tejidos y su eliminación a través del sudor. Evita el lagrimeo y los calambres.
Cómo preparar el mix de aceites
En una base compuesta de 50 gr. de aceite de linaza y 50 gr. de aceite de borraja, verter 5 gotas de aceite esencial de jazmín, 5 de aceite esencial de incienso y 5 de aceite esencial de palo de rosa; mezclar bien. Todas las noches, antes de ir a dormir, dar un masaje a su cuerpo con esta mezcla, hasta su total absorción. Si usted sufre de artritis o reumatismo, reemplace el aceite del aceite esencial de palo de rosa con una cantidad igual de aceite de pimienta negra.
