Estamos en octubre, el frío ha vuelto, y los últimos rastros de piel bronceada han desaparecido. Ahora es tiempo de preparar y proteger la piel del frío, el viento y el mal tiempo. Para empezar, guarde los protectores solares, la loción para después del sol y todos los productos del verano: es el momento de elegir productos para el cuidado personal adecuados a la temperatura externa, comenzando por el exfoliante, preferentemente con propiedades hidratantes, para combatir la sequedad causada por el frío. Utilizarlo una vez por semana, sobre todo en los puntos más delicados del cuerpo.
El segundo paso es la espuma de baño: elegirla calmante y nutritiva, por ejemplo, de leche de almendras o mantequilla de karité. También necesitará una crema adecuada, para aplicar después de la ducha caliente. Apostar a las cremas a base de glicerina: nutren, hidratan y protegen de los efectos del frío.
De vez en cuando, en lugar de la ducha disfrutar de un buen baño de inmersión relajante que permita al cuerpo transpirar en contacto con el agua bien caliente, tal vez combinando sales de baño que favorezcan la ósmosis, y purifiquen la piel. Se puede ayudar con un masaje con una esponja exfoliante, especialmente en los puntos más problemáticos (talones, rodillas, codos, etc.).
En cuanto al lavado de cara por la mañana, elegir un limpiador sin enjuague: se evitará que la humedad se condense en la cara, enfriándola y secándola.
Pasemos ahora a la depilación. Prestar atención al nivel de hidratación de la piel: si está seca o agrietada evite la maquinilla de afeitar y prefiera la depilación con cera, pasando inmediatamente después crema o aceite humectante.
Para finalizar, algunos consejitos: beber mucha agua y poco café (qué deshidrata la piel), poco o mejor, nada de tabaco (no hace falta repetirlo), comer frutas y verduras (los famosos antioxidantes), dormir al menos siete horas por noche y no olvidarse de hacer ejercicio, que estimula el flujo de sangre hacia la superficie y hace que la piel esté más luminosa.