Algunos consejos y remedios naturales para combatir la caída del cabello en otoño. El cabello tiene una vida natural: nace, crece y muere; el organismo reacciona expulsando a los que han llegado al final de su ciclo de vida que dura aproximadamente 5 años. En el otoño ésto sucede más a menudo. ¿Hay que preocuparse o no?
La mayoría de los casos en los que la pérdida de cabello se produce en forma leve está vinculada a factores tales como la menopausia, el tabaquismo, el estrés, la fiebre alta, las dietas de pérdida de peso, la deficiencia de hierro o ciertos medicamentos, pero no son una causa definitiva de calvicie. Por el contrario, el efluvio telógeno (caída más abundante del cabello) – debido a la transición de un elevado número de folículos de la fase de crecimiento a la posición de reposo – debe despertar sospechas. Una visita al dermatólogo puede aclarar muchas dudas. Pero hay algo que podemos hacer a partir de la piel, que es el terreno fértil donde crece el cabello.
Para mejorar la condición de la piel es esencial una nutrición adecuada, incorporando a la dieta diaria huevos, pescado, legumbres, verduras y frutas. En estos alimentos se encuentran nutrientes importantes tales como proteínas, aminoácidos, minerales, antioxidantes y diversos grupos de vitaminas. Adopte el aceite de germen de trigo o soja, semillas crudas y frutos secos.
Hay remedios naturales contra la caída, como algunas compresas que se pueden hacer fácilmente en casa: el jugo de las hojas de amaranto y las hojas del Nim son eficaces en la estabilización de la pérdida del pelo. Hervir pocos minutos las hojas y utilizar el agua obtenida, para enjuagar el cabello.
La leche de coco, aplicada directamente masajeando el cuero cabelludo, promueve el recambio capilar; incluso el regaliz y la cebolla son otros ingredientes naturales para tratar este fenómeno.
Otros métodos que pueden ayudar son los masajes al cuero cabelludo para facilitar la circulación de la sangre en el lugar y permitir al cabello mantenerse activo y saludable, mejorando la circulación; puede ayudarse con unas gotas de algún aceite como el de almendras, argan, pasas, sésamo o lavanda.
Otra cuestión clave es mantener el cabello limpio, ya que la suciedad y la grasa atraen el polvo y las bacterias que causan la rotura y el consiguiente debilitamiento. Se recomienda lavar con un champú suave y vegetal.